La oposición dio muestra de vida. El Frente Amplio por México, inició su proceso para designar a su abanderado presidencial. Simultáneamente aparece en escena Xóchitl Gálvez, aprovechando que la cerrazón del habitante de Palacio le abrió otras puertas, mucho más grandes de las que pensó que abriría con amparo en mano. Es la única que veo que puede hacer algo o mucho contra las corcholatas. Alguien dijo con razón: “seria Kriptonita contra el oficialismo”. Si los demás precandidatos y dirigencias partidistas de la oposición tienen un mínimo de ética y altura de miras, deberían designarla por aclamación como su abanderada. Mauricio Vila, Lilly Téllez, German Martinez, Claudia Ruíz Massieu y Alejandro Murat, ya se bajaron, bien por ellos, faltan todos los demás.
En el otro lado, es notorio como Claudia Sheinbaum, ya sin el cargo, está ubicándose en su nivel. No le veo luces, no conecta, no emociona. Marcelo Ebrard se margina al proponer secretarías por la 4 T y para la 4T y defender a impresentables, vaya abyección y, Adán por su parte, está más “Augusto” sembrando para el futuro.
Las otras corcholatas no pintan. Lo cierto es que solo están ahí para vender caro su amor. Veamos cómo y cuánto les pagan por mantener la unidad, que dudo se respete porque hasta entre apóstoles, siempre hay un Judas.
Pero entre todo este mar de mediocridad, veo que la senadora Xóchitl Gálvez se aleja completamente del modelo acartonado de las corcholatas y del estilo de concurso de declamación de preescolar de aquellos que han levantado la mano por el Frente Opositor. Xóchitl le está poniendo alegría a la política, cosa que antes no se veía y eso puede provocar un descalabro al anunciado triunfo fatal y sin remedio de cualquiera que sea designado por el partido de López Obrador.
Xóchitl transmite con facilidad emoción, optimismo y sencillez. Su perfil encaja con aquellas clases medias aspiracionistas tan denostadas y con los pobres eternos. Su lema de campaña debería ser “Por el bien de México, no corruptos, no huevones y no pendejos”. Que buena frase y que perfiles tan difíciles de encontrar en una persona.
Si los partidos del Frente en verdad no se abren a un candidato como Xóchitl, su futuro está echado, les espera la extinción anunciada desde el cuatro de junio en el Estado de México. Lo cierto es que la segunda temporada de la 4T, programada para el próximo año, tal vez no tenga muchos capítulos. Xóchitl puede cambiarles el guion. Eso lo saben y les preocupa. Imaginen un debate entre Claudia y Xóchitl ya en la campaña presidencial, no me lo perdería por nada.
Lo que es evidente es el desencanto que cada día incrementan los demás precandidatos. La falta de propuestas, programas e ideas, así como la ausencia de definiciones claras para el aquí, el ahora y lo que viene para el futuro próximo, es más, mucho más que mesas de diálogo y negociación. Los precandidatos de todos los partidos, ya tuvieron su oportunidad en este y en otros gobiernos de mejorar las cosas, ¿porque habremos de pensar que cambiaron y ahora si pueden hacer algo? No los veo y no los oigo, como alguien dijo.
Pocas oportunidades tiene el Frente Opositor. Espero que no se impongan los intereses de siempre, las componendas inconfesables, los acuerdos en lo oscurito. Que haya una verdadera competencia democrática, que haya candidatos con verdaderas posibilidades de triunfo, sería el mejor remedio para evitar la tendencia autoritaria y la regresión democrática a los tiempos del partido único que se intenta imponer desde la Presidencia de la República, en donde bien sabemos que todo se prepara y todo se decide.
Por lo pronto, vaya nuestro apoyo a la senadora Xóchitl Gálvez, porque en ella veo algo diferente al menú político que hemos tenido desde hace mucho tiempo y ya es hora de refrescarlo.
Por Carlos Román.