Durante el último año hemos escrito algunas ideas sobre temas en los que pensamos que el País va mal: seguridad, estado de derecho, economía y salud, por citar algunos. Sin embargo, revisando algunas estadísticas sobre ciertas actividades económicas, esta semana vamos a dejar a un lado ese pesimismo que parece crónico, para hacer algunas breves reflexiones sobre uno de los pilares de nuestro desarrollo, que sin lugar a dudas es el turismo.
México es un país con enormes bellezas naturales, playas hermosas, personas increíblemente atentas y con una gran vocación de servicio. También tenemos una cultura que se ha convertido en una de las más ricas del mundo, pero la parte que más disfruto es su increíble gastronomía que en verdad es un verdadero patrimonio de la humanidad, será por eso el sobrepeso que me afecta desde hace muchos años, cuando descubrí la gran cantidad de talento que los chefs mexicanos ofrecen al turismo, particularmente en lugares como Puerto Vallarta del que guardo gratos, bellos y emotivos recuerdos.
Hace dos años, el futuro de la actividad turística pintaba desolador. La pandemia del COVID 19, la inseguridad, la falta de políticas para cuidar el medio ambiente para preservar la enorme y rica biodiversidad que tenemos, parecía que eran barreras muy difíciles de cruzar sin dejar una afectación significativa para esta noble actividad en la que México ha destacado.
Sin lugar a dudas, la belleza de los atractivos turísticos de México ha sido más grande que los problemas asociados a todos los inconvenientes que se han agudizado para esta actividad a raíz de la pandemia que aún no acaba de terminar.
Una gran demanda para visitar los principales destinos turísticos de México que hoy por hoy siguen siendo Puerto Vallarta, Los Cabos, Cancún y la Riviera Maya, ha permitido sortear esta difícil prueba y salir de ella relativamente bien para continuar trabajando arduamente y mantener los índices de ocupación, la mejora de la calidad de los servicios y el cuidado del turista, que es el principal actor que puede premiar o castigar a un destino turístico por varias razones, entre otras por la falta de seguridad, por el abuso de los prestadores de servicios turísticos, pero también por la escasa disponibilidad de asientos de avión que han sido siempre los temas por los que muchos destinos turísticos implementan fuertes programas de promoción y publicidad y de apoyo para mantener esas conexiones indispensables para que la magia del turismo sea posible.
En fin buenas perspectivas para esta actividad que ojalá no se contamine con otras que desafortunadamente no van tan bien. El turismo debe seguir siendo una ventana excepcional para mostrar y demostrarle al mundo que México es un gran País y que seguramente superará los problemas que lo afectan, pero se requiere que esta y otras actividades económicas fundamentales, puedan desarrollarse en un mundo interdependiente como el actual, sin que se invente o promuevan conflictos políticos con nuestro principal mercado extranjero, del que en mucho depende no sólo el turismo sino todo el comercio exterior de México como lo es el mercado norteamericano.
Ese cuidado, resulta de sentido común para preservar la forma de vida de miles de personas que viven del turismo, tal vez millones, y que no podemos perder simple y sencillamente porque pretendemos buscar una estrategia política que no necesariamente compartimos todos los mexicanos.
La importancia del turismo para la captación de divisas en México se debe a que los hoteles se llenan fundamentalmente de turistas norteamericanos, en virtud de que las empresas mayoristas que son las que realizan la asignación de paquetes vacacionales al gran volumen de la demanda de viajes en los Estados Unidos, pueden en un momento determinado cambiar la preferencia hacia otros lugares y a otros países. Si eso pasa, entonces sí la afectación a esta noble actividad será muy difícil de superar.
Esto ya ha sucedido, no quererlo ver es repetir errores que han costado mucho a nuestro País. Ojalá no se llegue a cruzar una línea de no retorno con nuestro principal socio comercial que resulta ser la primer potencia económica del mundo.
Por Carlos Román.