La cumbre climática COP30 se convierte en un hito crucial para las juventudes de América Latina, África y Asia. Con el eco de sus voces resonando más fuerte que nunca, dieciséis jóvenes líderes se alistan para presentar la ‘Declaratoria del Sur Global’. Este documento, hecho con el respaldo de más de 10,000 participantes, busca transformar la visión del sur global en las negociaciones climáticas, de víctimas a influyentes protagonistas.
En el corazón de este movimiento está la exigencia de que estas juventudes tengan una participación efectiva y vinculante en la gobernanza socioambiental mundial. No se trata solo de ser consultados; se quieren sillas en la mesa de decisiones donde se define el futuro de su entorno. Juan David Amaya, director ejecutivo de Life of Pachamama, enfatiza que el sur debe ser considerado como territorio y fuerza política. “No queremos un asiento simbólico”, declaró Amaya, instando a que sus decisiones cuenten de verdad en la creación de un nuevo pacto climático.
Belém, la amazónica ciudad brasileña, abre sus puertas este 6 y 7 de noviembre a líderes de todo el mundo, con la promesa del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de convertir la COP30 en la ‘COP de la verdad’. Su llamado es claro: el tiempo de las promesas vacías ha terminado. El evento busca ser un espacio de acción y no solo de discursos, con un enfoque en terminar con la exclusión histórica y garantizar una gobernanza donde las decisiones no sean prisioneras de ideologías, sino que respondan a las necesidades reales y urgentes de nuestro planeta.
El mensaje es rotundo. No se trata solo de una declaración; es un movimiento para redefinir el papel del sur global en la narrativa climática mundial. Mientras los jóvenes líderes se preparan para dar pasos seguros en la COP30, la esperanza es que sus voces no solo sean escuchadas sino también influyan en las decisiones que se tomen. El futuro del planeta, aseguran, no se puede definir sin ellos, sino junto a ellos.

