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Al llegar a cierta edad, muchos comenzamos a notar los cambios que nos trae el tiempo a través de arrugas y canas. Sin embargo, algo más profundo y silencioso está ocurriendo dentro de nosotros. Se trata del ‘inflammaging’, una inflamación crónica que mantiene a nuestro sistema inmunitario en alerta roja, incluso décadas después de habernos expuesto a factores modernos como el estrés y las dietas ricas en calorías.

Investigadores de la Universidad de Miami, como Juan Pablo de Rivero Vaccari, están descubriendo que el estilo de vida moderno es uno de los mayores culpables. La inflamación, que en un inicio nos ayudaba a combatir enfermedades y a curar heridas, se ha convertido en un incendio que desgasta nuestros sistemas. De acuerdo a la inmunóloga Jessica Lancaster, con la edad, esta inflamación interminable puede debilitar nuestras defensas y dañar los tejidos sanos, haciendo que una gripe común nos mantenga en cama más tiempo de lo habitual.

Pero, ¿todos envejecemos de esta manera? Un estudio intrigante comparó grupos diversos alrededor del mundo y encontró que en comunidades alejadas de la influencia industrial, este tipo de inflamación es menos común. Alan Cohen de la Universidad de Columbia sugiere que más que un destino inevitable, el ‘inflammaging’ parece ser un efecto colateral de cómo vivimos en las sociedades modernas. Felizmente, la ciencia también ha comenzado a desmontar este rompecabezas. Estudios en universidades como Yale han mostrado que incluso algo tan simple como reducir un 14% de nuestra ingesta calórica puede tener un impacto positivo en nuestro sistema inmunitario, disminuyendo marcadores inflamatorios asociados al envejecimiento.

Entonces, ¿qué podemos hacer? El consejo es claro: volver a lo básico. Dormir bien, comer menos alimentos procesados, mantenernos activos y controlar la presión arterial y el azúcar en sangre. En palabras de Vishwa Dixit, el sentido común de nuestras abuelas sigue vigente: todo con moderación y muévete más. Porque, al final del día, cuidar de nuestro cuerpo es la mejor inversión para un envejecimiento saludable sin ese incómodo fuego interior que amenaza con devorarnos por dentro.

Por Editor