bird s eye view of heavy equipment

Imagina una mina de oro en medio del desierto australiano que apaga todos sus motores de gas y diésel y continúa operando durante tres días y medio completos. No es ciencia ficción, sino una realidad que está transformando la industria minera mundial. La mina subterránea Bellevue en Australia Occidental ha demostrado que es posible operar una instalación industrial remota usando exclusivamente energía del viento, el sol y baterías, marcando un precedente que podría revolucionar cómo concebimos la minería sostenible. Este logro llega en un momento crucial, cuando el oro alcanza récords históricos por encima de los 3,600 dólares la onza, impulsado por la búsqueda de refugio ante la incertidumbre geopolítica global.

Detrás de este hito hay una impresionante infraestructura energética que hace posible lo que antes parecía imposible. La instalación cuenta con 24 megavatios de energía eólica distribuidos en cuatro aerogeneradores, 27 megavatios de energía solar fotovoltaica y un sistema de almacenamiento de baterías de 15 megavatios con capacidad de 30 megavatios-hora. Como respaldo, mantiene 9 megavatios de generación diésel y 15 megavatios de gas, pero estos sistemas permanecieron completamente apagados durante las 84 horas de operación renovable. Zenith Energy, la compañía que opera la planta, ha creado una microrred híbrida que alcanza aproximadamente 90 megavatios instalados, con tecnología avanzada que permite a la mina desconectarse por completo de los combustibles fósiles cuando las condiciones de generación renovable son óptimas.

La transición hacia las energías limpias en Bellevue ha sido meteórica y constante. Según datos de RenewEconomy, en julio de 2024 la participación renovable era apenas del 14%, pero para agosto ya había escalado al 88%. Desde la puesta en marcha de los aerogeneradores entre mayo y junio de 2025, la mina ha operado regularmente con más del 90% de energías renovables durante jornadas completas de 24 horas, con varios días al 100%. Este no es un episodio aislado, ya que en junio de 2025, poco después de la entrada en operación de las turbinas eólicas, la mina ya había logrado funcionar 58 horas seguidas al 100% renovable. Estos hitos consecutivos refuerzan la viabilidad técnica de las renovables incluso en industrias intensivas en energía y aisladas de la red eléctrica convencional.

Lo más innovador es que Bellevue está creando un nuevo mercado: el ‘oro verde’. La mina ahora produce y vende parte de su producción con una prima a través del programa Single Mine Origin, orientado a compradores de joyería y bancos centrales con sensibilidad ESG. Sin embargo, es importante entender los matices: la etiqueta ‘Net Zero’ se alcanzó en los Alcances 1 y 2 (emisiones directas y consumo eléctrico), pero no incluye el Alcance 3 que cubre refinado, transporte y uso final del oro. Además, una parte de la neutralidad se logra comprando créditos de carbono. Expertos del International Energy Forum advierten que la minería todavía enfrenta grandes retos en agua, residuos y seguridad, más allá de la energía limpia. Hacerla verdaderamente sostenible implica transformar toda la cadena de valor, no solo la electricidad.

En tiempos de incertidumbre global, el oro vuelve a ser refugio financiero, pero Bellevue Gold quiere que también sea símbolo de transición energética. El oro que compramos en forma de joya o lingote podría venir de una mina que, durante días enteros, se alimenta solo del viento y el sol. Este caso demuestra que la transición energética es técnicamente viable incluso en los sectores más intensivos en consumo de energía. La pregunta que queda en el aire es si Bellevue será la chispa que transforme a toda la industria minera mundial o si quedará como una excepción brillante en medio del desierto australiano. Lo cierto es que ha demostrado que el futuro energético limpio no es solo posible, sino que ya está aquí, operando a todo rendimiento.

Por Editor