La noticia que muchos esperaban finalmente se confirmó esta mañana en Nueva York: Sergio “Checo” Pérez firmó con Cadillac F1, el nuevo equipo respaldado por General Motors que debutará en la Fórmula 1 en 2026. El piloto mexicano más exitoso de la historia reciente regresa al gran circo después de cerrar su ciclo con Red Bull Racing al finalizar la temporada 2024, y lo hace con un proyecto que busca poner a América en el centro de la máxima categoría del automovilismo.
Checo llega a Cadillac en un momento clave de su carrera. A los 35 años, con seis victorias en Grandes Premios y un subcampeonato mundial en 2023, aporta la experiencia necesaria para guiar a una escudería que se estrena en la parrilla y que aspira a ser competitiva desde el arranque. Junto a él se espera que Valtteri Bottas complete la alineación, formando una dupla de pilotos experimentados capaces de aportar estabilidad y conocimiento técnico en esta primera etapa.
La elección de Pérez no solo responde a lo deportivo, sino también al enorme valor mediático que representa. Su figura arrastra multitudes en México y América Latina, y su llegada a un equipo estadounidense coincide con el auge que la Fórmula 1 vive en Estados Unidos, donde las carreras en Miami, Austin y Las Vegas han multiplicado el interés de los aficionados. Cadillac busca capitalizar ese entusiasmo con un piloto que es símbolo en la región y que además tiene la madurez necesaria para liderar un proyecto desde cero.
Para General Motors, esta firma es una apuesta estratégica que va más allá del asfalto. La presencia de Checo asegura visibilidad global, atrae patrocinadores y refuerza la narrativa de que Cadillac no entra solo como participante, sino como protagonista con ambición real de competir. El debut en 2026 coincide con el cambio de reglamentación técnica de la Fórmula 1, lo que abre la puerta a que nuevos equipos puedan acercarse al nivel de las escuderías históricas.
En México, la noticia fue celebrada como un triunfo nacional. Para los aficionados, representa la continuidad de la historia de un piloto que se ha convertido en referente deportivo y cultural. Para la Fórmula 1, significa consolidar a América como mercado y como protagonista. Y para Checo, es la oportunidad de dejar huella en una escudería desde sus primeros pasos, un reto distinto a todo lo que había enfrentado en su carrera.
El rugido de Cadillac F1 comenzará con acento mexicano, y con Pérez al volante la expectativa está por las nubes. El futuro se escribe desde ahora y promete emociones que apenas comienzan.