En un rincón pintoresco a los pies del monte Fuji, Toyota ha decidido dar un paso audaz hacia un futuro que, hasta hace poco, parecía sacado de una película de ciencia ficción. La compañía japonesa, reconocida por sus innovaciones en el campo automotriz, ha creado la “Woven City”, un experimento urbano que busca revolucionar cómo viviremos, nos moveremos y gestionaremos nuestras ciudades en las próximas décadas.

Toyota Woven City es mucho más que un simple experimento; es un verdadero laboratorio vivo donde se ensayan tecnologías avanzadas bajo condiciones reales. A diferencia de otros proyectos corporativos que se quedan en conceptos de diapositivas, esta ciudad se ha edificado junto a la planta Higashi-Fuji de Toyota. Con una extensión que abarca 294,000 metros cuadrados, esta metrópoli futurista estará alimentada por fuentes de energía renovable, como celdas de combustible de hidrógeno y paneles solares, y contará con un diseño innovador compuesto por calles específicas para vehículos autónomos, movilidad personal y peatones. Estas medidas colocan a Toyota en la vanguardia del desarrollo urbano sostenible y la movilidad del futuro.

A partir del 25 de septiembre, unas 360 personas tendrán la oportunidad de residir en este entorno innovador durante la Fase 1 del proyecto. Estas viviendas estarán decoradas en estilo ‘Japandi’, una armónica fusión de diseño japonés y escandinavo, y estarán equipadas con tecnologías de punta para el monitoreo de la salud y la automatización doméstica. La misión es clara: utilizar Woven City como una incubadora tangible de tecnología urbana avanzada, que eventualmente albergará a 2,000 habitantes. Este entorno único no solo atraerá a subsidiarias de Toyota, sino también a una variada gama de empresas que comparten la visión de un futuro más conectado y sostenible.

El ambicioso plan de Toyota va más allá de la eficiencia y sostenibilidad. En 2026, la ciudad abrirá sus puertas al público externo para recibir retroalimentación y ofrecer una vista al futuro que propone la compañía. Claramente, Toyota no espera un retorno inmediato de esta inversión, sino más bien llevar a cabo una valiente incursión en la planificación urbana del futuro. Las lecciones aprendidas podrían trazar el camino hacia la ciudad del mañana, haciendo de Woven City un modelo a seguir. Toyota, al tejer el futuro a los pies del venerado monte Fuji, nos invita a reflexionar sobre cómo podríamos rehacer nuestras ciudades para vivir de manera más inteligente y sostenible.

Por Editor