Mientras en otras partes del mundo la lactancia materna, es un fenómeno socialmente aceptado y culturalmente muy arraigado, en México según la doctora Sydney Greenawalt menos del 50% de los niños acceden a la leche materna en los primeros dos años de vida, lamentablemente más de la mitad de los infantes obtienen la fuente de proteína y crecimiento de fórmulas o complementos lácteos que por muy avanzados o desarrollados que estén, no igualan a las propiedades únicas de la leche materna.
Recientemente se realizó el seminario “lactancia materna y alimentación después del primer año de vida” donde la vocera de Sanulac México, dio a conocer que el porcentaje de mamás que decidieron optar por amamantar a sus bebés tuvo un incremento respecto al mismo periodo del año pasado, principalmente derivado de la calidad y tiempo que pasaron en casa durante 2020 por la pandemia.
La alimentación del bebé a través de la leche materna aporta importantes elementos nutricionales y ayudan al desarrollo y fortalecimiento del sistema inmune de los niños, y éste se convierte en la primera línea de defensa ante cualquier enfermedad. Lamentablemente muchas madres de familia no tienen buenos hábitos alimenticios y durante el proceso de ablactación que es a partir del 6to mes de edad le ofrecen a los infantes alimentos que no son recomendados para ellos.
En el seminario expusieron que lo ideal es durante el proceso de lactancia que cuando empiece la transición a los alimentos sólidos deben ser de forma gradual dándole al bebé primero el alimento y complementándolo con leche materna, al menos hasta el 6to mes.
Posteriormente es posible que por las condiciones de comodidad, y la reintegración a las rutinas sociales como el trabajo, actividades profesionales u otras, muchas madres de familia decidieron suspender la lactancia y es cuando deben acceder a fórmulas que contengan nutrientes que traten de emular a la leche materna, entre los que destacan Progress Gold 3 para edades entre 1 y 3 años de edad.
Finalmente hicieron una recomendación de evitar la leche de vaca en los niños menores de 2 años de edad, ya que contiene altos niveles de grasa que son complicados de digerir para los menores.