En un reciente análisis revelador, se ha destacado cómo los territorios indígenas en América Latina están enfrentando una presión sin precedentes por parte de industrias extractivas. Este informe, elaborado por la Alianza Global de Comunidades Territoriales y Earth Insight, resalta la amenaza que representan proyectos de minería, petróleo y gas sobre bosques tropicales esenciales para el clima y la biodiversidad del planeta.

Este preocupante panorama muestra cómo, a pesar de que los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales comprenden menos del 5% de la población mundial, son los guardianes de uno de los tesoros naturales más valiosos: casi mil millones de hectáreas de bosques tropicales. En la Amazonía, por ejemplo, 31 millones de hectáreas de tierras indígenas se encuentran bajo la sombra de concesiones de petróleo y gas. La situación es igualmente alarmante en otras regiones como el Congo, Indonesia y Mesoamérica, donde grandes extensiones de tierras están siendo explotadas o amenazadas.

A pesar de la presión industrial, las comunidades indígenas no solo resisten, sino que también lideran esfuerzos exitosos para proteger y conservar estos vitales ecosistemas. En Guatemala, por ejemplo, las concesiones forestales comunitarias han mantenido casi intacta una vasta área de bosque, una hazaña remarcable considerando el promedio nacional de deforestación. En Colombia, las Entidades Territoriales Indígenas han preservado el 99.5% de sus bosques, demostrando la eficacia de los modelos de gobernanza indígena.

En vísperas de la COP30, este informe no solo eleva la voz de alerta sobre la situación, sino que también presenta una hoja de ruta con cinco demandas clave. Estas incluyen el pleno reconocimiento de los derechos territoriales y garantías de consulta previa a las comunidades antes de iniciar proyectos en sus tierras. Al asegurar que los fondos climáticos lleguen directamente a las comunidades, se puede garantizar la protección de los ecosistemas que son fundamentales para nuestro futuro. En conclusión, la defensa de los territorios indígenas es no solo una cuestión de derechos humanos, sino esencialmente una lucha por la supervivencia del medio ambiente planetario.

Por Editor