El sueño de conquistar el espacio es, sin duda, una de las mayores aspiraciones de la humanidad. Desde cohetes que rompen la barrera del cielo hasta la promesa de explorar mundos lejanos, cada proyecto espacial nos llena de asombro. Pero, ¿qué pasa cuando la ambición de lanzar naves al cosmos choca con algo tan mundano como… la factura de la luz? Pues, justo eso es lo que está sucediendo con el puerto espacial Vostochny en Rusia, un megaproyecto que, más allá de sus grandes aspiraciones, se ha convertido en el protagonista de un verdadero drama energético.

Construido para ser el orgullo de la nación y modernizar las operaciones de lanzamiento rusas, el puerto de Vostochny, en el Lejano Oriente de Rusia, ha sido un camino lleno de baches desde que inició su construcción en 2011. Imagínense nomás, este proyecto, que ha durado más de una década, ha sido escenario de huelgas de hambre, trabajadores sin paga y el desvío de una cantidad estratosférica de dinero, ¡nada menos que 126 millones de dólares! Y como si eso fuera poco, también hubo un personaje con un Mercedes incrustado de diamantes que terminó tras las rejas por malversar 75 mil dólares. La corrupción ha sido una constante, con purgas de altos funcionarios cada cierto tiempo. Un verdadero ‘vía crucis’ para la infraestructura espacial.

A pesar de tantos tropiezos, el puerto de Vostochny ha logrado algunos hitos importantes. En 2016, vimos el exitoso lanzamiento de un cohete Soyuz-2 desde la primera plataforma, y hace apenas unos meses, una segunda plataforma, la 1A, abrió con el despegue triunfal de un cohete Angara. La corporación espacial Roscosmos tiene planes ambiciosos de operar hasta siete plataformas de lanzamiento, por lo que el desarrollo continúa. Y es justo ahí donde surge el problema más reciente. Resulta que la principal empresa contratista, la Kazan Open Stock Company (PSO Kazan), dejó de pagar sus recibos de electricidad. La Far Eastern Energy Company, ni tarda ni perezosa, cortó el suministro eléctrico a las áreas en construcción del cosmódromo, debido a una deuda de 627 mil dólares en cargos de energía no cubiertos. Afortunadamente, las dos plataformas de lanzamiento activas no se vieron afectadas por este apagón, pero el incidente deja un mal sabor de boca y evidencia los retos de gestión.

La compañía eléctrica ha dejado claro que su acción busca ‘proteger los intereses del sistema energético de la región’ y no piensa quedarse con los brazos cruzados; ya anunció que presentará una demanda para declarar a PSO Kazan en bancarrota. Según informes, los constructores ignoraron repetidos llamados a pagar. Aunque los directivos de Vostochny afirman que PSO Kazan saldará su deuda antes de que termine noviembre, la verdad es que, viendo el historial, muchos están cruzando los dedos. Es increíble pensar cómo un proyecto que busca tocar las estrellas puede verse frenado por problemas tan terrenales como una cuenta de luz impaga. Este episodio nos recuerda que, incluso en las empresas más ambiciosas, la gestión financiera y la transparencia son tan cruciales como la ingeniería de cohetes.

Por Editor