¿Alguna vez te has preguntado cuántas horas al día (o al año) le dedicamos al trabajo? En un mundo que busca constantemente el equilibrio entre la vida laboral y personal, los números a veces nos sorprenden. Resulta que nuestro querido México se posiciona en un lugar bastante singular dentro de la OCDE: somos uno de los países desarrollados donde más se “chambea” al año. Si esto te suena familiar, prepárate, porque vamos a desmenuzar qué hay detrás de estas cifras y qué significa para todos nosotros.
Los datos más recientes de la OCDE nos revelan que, en 2023, en México se trabajaron ¡más de 2,200 horas anuales por persona ocupada! Para ponerlo en perspectiva, esto es muchísimo si lo comparamos con España, donde se rondan las 1,630 horas. Estamos hablando de una diferencia de más de 570 horas al año, lo que equivale a ¡más de 14 semanas extra de trabajo! ¿Te imaginas? Este fenómeno tiene varias raíces. Por un lado, una parte importante de nuestra economía opera en la informalidad, lo que a menudo implica jornadas sin fin y poca regulación. Además, hay sectores con baja productividad donde la gente necesita invertir más horas para alcanzar un ingreso decente. La buena noticia es que, desde 2022, hubo un cambio importante en la ley de vacaciones, duplicando el mínimo de 6 a 12 días laborables desde el primer año. Un pasito, ¿no crees? Aunque los expertos dicen que tardará en reflejarse en los estudios, es un avance hacia un respiro muy necesario.
Pero no todo es estructura económica. También hay un factor cultural muy fuerte. En México, a veces la línea entre el trabajo y la vida personal se difumina. A pesar de que las normas existen, su cumplimiento es irregular, especialmente en pequeños negocios y el sector informal. No es raro escuchar historias de personas que “se llevan la chamba a casa” o extienden sus turnos para cumplir con las metas, lo que infla aún más el cómputo anual. Y ojo, no estamos solos en este tren de las largas jornadas. Nuestro vecino del norte, Estados Unidos, también tiene lo suyo. Aunque trabajan un poco menos que nosotros, son el único país desarrollado sin un mínimo legal de vacaciones pagadas. ¡Sí, leíste bien! Además, existe un fenómeno llamado “vacation guilt” o “culpa vacacional”, donde muchos empleados sienten remordimiento al tomarse su merecido descanso por miedo a acumular trabajo o parecer poco comprometidos. ¡Qué dilema!
Entonces, ¿qué nos dicen estos números? Más allá de las estadísticas, nos invitan a reflexionar sobre la calidad de vida y el bienestar. Trabajar más horas no siempre se traduce en mayor productividad o felicidad. Es un recordatorio de la importancia de encontrar un equilibrio, de valorar el descanso y de seguir buscando formas para que el trabajo sea sostenible y gratificante. Al final del día, todos merecemos tiempo para recargar energías, disfrutar de la familia y los amigos, o simplemente, ¡echar la flojera sin culpa!
