tiny flags on the map of china

En un mundo donde la inteligencia artificial se ha convertido en el nuevo campo de batalla tecnológico entre potencias, China emerge con una filosofía diferente que desafía las narrativas predominantes. El profesor Hao Liu, una figura clave en la intersección entre tecnología, educación y regulación, nos ofrece una perspectiva refrescante sobre cómo su país concibe el desarrollo de la IA no como una carrera por la supremacía, sino como una oportunidad para servir a la comunidad global. Desde su doble rol como Presidente Ejecutivo de la Escuela de Gobernanza Global del Instituto de Tecnología de Beijing y Secretario General de JARUS, Liu representa esa rara combinación de expertise técnico y visión humanista que tanto necesita el debate actual sobre inteligencia artificial.

El enfoque chino se distingue por su carácter centralizado y estratégico, donde cada provincia y sector educativo sigue lineamientos nacionales coherentes. ‘China es un país bastante centralizado, por lo que tenemos una estrategia nacional que cada provincia y cada sector sigue’, explica Liu. Esta coordinación permite implementar la IA desde la educación primaria hasta la universitaria de manera sistemática. En el BIT, esta integración se manifiesta en la creación de sistemas de datos institucionales, centros de supercomputación y el desarrollo de ChatBIT, su propio modelo de lenguaje. Lo más interesante es que, dentro de este marco nacional, las instituciones mantienen autonomía para desarrollar sus propios algoritmos y enfoques éticos, utilizando tanto herramientas comerciales como desarrollos propios.

La visión del profesor Liu trasciende las fronteras chinas y apunta hacia una colaboración global inclusiva. Su concepto de ‘Tian Xia Wei Gong’ – proveer bienes y servicios públicos a la comunidad global – se materializa en iniciativas como la ‘Caravana de IA’, que busca incorporar culturas, conocimientos y datos de diferentes regiones para reducir sesgos en los sistemas de inteligencia artificial. Para Liu, el verdadero valor de la IA no reside en tener el algoritmo más avanzado, sino en su aplicación efectiva y accesible a escala masiva. Esta filosofía se extiende a su papel como puente entre China y Estados Unidos, donde busca ‘encontrar terreno común y reducir malentendidos’ entre ambas potencias.

Al final, el mensaje de Hao Liu nos invita a repensar fundamentalmente cómo concebimos el desarrollo tecnológico. En lugar de ver la IA como un campo de competencia, nos propone visualizarla como un bien público que puede beneficiar a la humanidad en su conjunto. Su enfoque en la aplicación práctica, la accesibilidad y la colaboración internacional sugiere un camino alternativo hacia el futuro de la inteligencia artificial – uno donde la tecnología sirva para unir en lugar de dividir, y donde el progreso se mida no por la sofisticación técnica sino por el bienestar colectivo que genera.

Por Editor