pexels-photo-17505899.jpeg

Imagina poder ver en vivo uno de los eventos más espectaculares del cosmos: la explosión de un agujero negro. Según un nuevo estudio publicado en Physical Review Letters, esto podría convertirse en realidad dentro de los próximos 10 años. Un equipo de físicos teóricos de la Universidad de Massachusetts Amherst ha recalculado las probabilidades y las conclusiones son asombrosas: hay más de un 90% de posibilidades de que seamos testigos de este fenómeno transformador. Este evento no solo sería visualmente impresionante, sino que podría confirmar la famosa teoría de Stephen Hawking sobre la radiación de los agujeros negros y revelarnos partículas completamente desconocidas del universo.

La clave de esta nueva predicción radica en cuestionar una suposición fundamental: ¿y si los agujeros negros primordiales no son eléctricamente neutros? Los investigadores proponen la existencia de una fuerza similar al electromagnetismo en el “sector oscuro”, con un “fotón oscuro” y un “electrón oscuro” muy pesado. Si un agujero negro primordial se formó con una pequeña carga eléctrica oscura, su destino cambiaría completamente. Este mecanismo actuaría como un freno: a medida que el agujero negro pierde masa por la radiación de Hawking, su relación carga/masa aumenta, haciendo que su temperatura baje drásticamente y entre en un estado de hibernación durante miles de millones de años. Finalmente, el campo eléctrico oscuro se vuelve tan intenso que descarga el agujero negro de golpe, provocando la explosión final que hemos estado esperando.

Lo mejor de todo es que ya tenemos la tecnología para detectar este evento. Observatorios de rayos gamma como HAWC en México y LHAASO en China están escaneando el cielo constantemente y son perfectamente capaces de detectar el estallido de un agujero negro primordial cercano, incluso a distancias de hasta 0.3 años luz. Michael Baker, autor principal del estudio, asegura que “ya tenemos la tecnología para observar estas explosiones, así que deberíamos estar preparados”. De ocurrir, estaríamos presenciando el eco final de la creación del universo, un vistazo único a los secretos más fundamentales del cosmos en un espectacular estallido de luz.

Este descubrimiento potencial revolucionaría por completo la física y nos ayudaría a reescribir la historia del universo. No solo confirmaría la radiación de Hawking y la existencia de agujeros negros primordiales, sino que nos entregaría un catálogo completo de partículas fundamentales, incluyendo posibles partículas de materia oscura y otras completamente desconocidas para la ciencia. Estamos en la antesala de lo que podría ser el premio gordo de la física moderna, y lo mejor es que no necesitamos esperar mucho para saber si esta predicción se cumple. La próxima década podría marcar un antes y un después en nuestra comprensión del cosmos.

Por Editor