“A la tierra que fueres haz lo que vieres” reza el conocido refrán que escuchamos de nuestros abuelos y que significa: que se debe hacer o no hacer en un lugar o país diferente del que eres originario y en el que se practican costumbres y fiestas que no conocemos, producto de personas y culturas distintas a nosotros.
Thanksgiving o día de acción de gracias, se celebra el cuarto jueves de noviembre de cada año en los Estados Unidos de América, siendo la celebración mas importante en un país en el que su población, multiétnica por cierto, agradece los frutos del trabajo de sus habitantes durante un año, que como bendición comparten en una cena en familia. Esta celebración incluye a todos los norteamericanos independientemente de la religión que profesan. Por ello es la fecha más importante declarada desde tiempos del presidente Abraham Lincoln, en el mes de octubre de 1863, durante la Guerra de Secesión Americana, que enfrentó a los estados partidarios de la esclavitud llamados confederados, contra los estados de la Unión, que pugnaban por abolirla.
La fecha recuerda el gran desafío que enfrentaron los primeros colonos británicos en 1621, luego del duro invierno anterior en el que más de la mitad de este centenar de peregrinos perdieran la vida por las terribles inclemencias del clima. Los sobrevivientes, por gratitud a Dios, celebraron la primera cosecha que obtuvieron en tierra americana con un banquete que compartieron durante tres días con los nativos Wampaonag, pobladores originarios del hoy estado de Massachusetts, en el noreste del País, quienes por cierto les ayudaron para superar la adversidad.
“Agradecer por los regalos del creador siempre había sido parte de la vida de los Wampaonag”, cuenta en su página web el museo Plmith Plantation de Massachusetts, https://plimoth.org dedicado a una de las primeras colonias británicas en América.
Con pavo horneado, relleno y pastel de calabaza, se celebra esta cena que reúne a las familias norteamericanas. Es un día dedicado a dar gracias. Siempre hay algo por lo que estar agradecido.
En México pocas personas celebran el Thanksgiving, no es una fecha que sea relevante en nuestro calendario festivo. Sin embargo y a pesar de los infortunios que vivimos los mexicanos, como la inseguridad que secuestra nuestra libertad, nuestras ciudades, nuestras calles; a pesar de la violencia que atenta contra la vida y destruye lo más valioso que tenemos; a pesar de los insultos cotidianos de quien debe ser factor de unidad y progreso nacional y no catalizador del odio entre nosotros; a pesar de la corrupción rampante que no se va y sigue minando nuestro ánimo y esfuerzo; a pesar de todo, los mexicanos tenemos muchas razones por que dar gracias. Debemos ponernos a nosotros mismos en primer lugar, porque de esta forma podemos exigir el respeto que se nos debe, así lo manifestamos en todo México hace unos días. Porque tenemos derechos que hacer valer y exigimos que se respeten, aunque no les guste, aunque se indigesten.
Demos gracias por el gran país que tenemos, gracias por la voluntad de preservarlo libre y soberano. Por lo pronto agradezcamos hoy que estamos vivos, que tenemos voluntad para defendernos, que tenemos inteligencia y voz para expresarnos. Que sepan aquellos que quieren destruir nuestra libertad, que no será fácil, que hay millones que darán la batalla por la democracia para que México siga siendo un país caracterizado por su grandeza y por su historia que ha superado todo para defender sus raíces y su destino. Feliz día de acción de gracias.
Transitorio.- Será muy interesante ver a los impresentables que acudirán a la próxima marcha convocada por el Presidente para aplaudir al Presidente. Las comparaciones son odiosas, pero estoy impaciente por revisar las listas de “distinguidos asistentes” a una y otra marcha. Veremos quién gana. Difícil el ejercicio. No hay para donde hacerse. ¡Son iguales!
Por Carlos Román.