Imagina poder observar a Saturno con tanto detalle que descubres patrones que nadie había visto antes. Eso es exactamente lo que ha logrado el Telescopio Espacial James Webb (JWST), revelando dos estructuras misteriosas en la atmósfera del planeta anillado que tienen a los astrónomos rascándose la cabeza. En las regiones aurorales del polo norte de Saturno, donde las luces del planeta bailan en un espectáculo cósmico, aparecieron dos formaciones que desafían nuestra comprensión actual: una que parece un collar de perlas oscuras y otra con forma de estrella de seis puntas incompleta. Lo más intrigante es que estas estructuras se encuentran justo en la misma zona donde habita el famoso hexágono de Saturno, ese patrón nuboso tan grande que podría contener a nuestro planeta Tierra completo en su interior.
Los investigadores de la Universidad de Northumbria en el Reino Unido no podían creer lo que veían cuando analizaron los datos del JWST. Esperaban encontrar variaciones en las diferentes capas atmosféricas, pero jamás imaginaron descubrir geometrías tan definidas y reconocibles. Tom Stallard, el científico principal del estudio, admitió con asombro que estas características resultaron completamente inesperadas y, por el momento, siguen siendo inexplicables. En la ionósfera, a unos 1,100 kilómetros sobre la superficie de Saturno, aparecieron como parches oscuros incrustados en las auroras brillantes, mientras que 500 kilómetros más abajo, en la estratósfera, emergió esta colosal estructura estelar que se extiende desde el polo norte hacia el ecuador.
Si pudiéramos visualizar a Saturno como un edificio cósmico, el hexágono que conocemos desde hace décadas estaría en la planta baja como una alfombra gigante, la nueva estrella aparecería en el segundo nivel y las misteriosas perlas negras colgarían como adornos en el séptimo piso. Lo fascinante es que estas estructuras están perfectamente alineadas, con las manchas oscuras coincidiendo con los picos de la estrella, lo que sugiere que comparten un origen común. Los astrónomos sospechan que las perlas oscuras surgen de complejas interacciones entre la magnetosfera de Saturno y su atmósfera giratoria, lo que podría revelar nuevos secretos sobre cómo se alimentan las auroras del planeta.
El patrón estelar asimétrico, del cual solo son visibles cuatro de sus seis brazos, apunta hacia procesos atmosféricos que nunca habíamos imaginado, posiblemente vinculados al famoso hexágono que observamos más profundamente en la atmósfera. Hoy por hoy, ningún modelo planetario existente puede explicar cómo se forman estas estructuras, y tampoco contamos con otros telescopios capaces de penetrar las densas capas de Saturno para estudiar estos fenómenos internos. Han pasado 176 años desde que obtuvimos la primera fotografía de Saturno, y cada nuevo descubrimiento nos recuerda lo mucho que nos queda por aprender sobre este gigante gaseoso que, por cierto, es menos denso que el agua y podría flotar sobre ella si encontráramos un océano lo suficientemente grande.