En un mundo donde las herramientas de inteligencia artificial prometen revolucionar la productividad laboral, no es raro encontrar escenarios donde estas expectativas no se cumplen. Un estudio reciente está sacando a la luz el fenómeno del ‘workslop’, un término que describe el trabajo sin sustancia creado con IA y que termina causando más problemas de los que resuelve.
Según investigaciones de BetterUp Labs en colaboración con el Stanford Social Media Lab, al 40% de los empleados en Estados Unidos les toma alrededor de dos horas corregir documentos generados por IA que se reciben en su trabajo diario. Estos documentos presentan un costo adicional de productividad, estimado en 186 dólares mensuales por empleado, lo que se traduce en una pérdida multimillonaria para empresas grandes, especialmente en el sector tecnológico y de servicios profesionales.
Lo irónico es que las herramientas de IA se presentaron inicialmente como el bálsamo perfecto para mejorar la eficiencia y el retorno de inversión. Sin embargo, en la práctica, estos documentos suelen requerir tanto ajuste que las ganancias de tiempo y recursos se evaporan rápidamente. Los documentos y presentaciones que deberían ahorrar tiempo se convierten en un esfuerzo tedioso para los trabajadores, minando la moral y erosionando la confianza en quienes originan dichos documentos.
La clave para aprovechar la IA sin caer en el ‘workslop’ radica en el enfoque de las empresas hacia estas tecnologías. Las organizaciones deben enmarcar el uso de IA como una herramienta colaborativa, no un atajo para evitar responsabilidades. La implementación debe estar guiada por un liderazgo informado que motive a los empleados a usar estas herramientas para mejorar procesos específicos y resultados claros. La IA, en lugar de ser una muleta, debe ser un catalizador para la innovación y la eficacia cuando se aplica correctamente.
Este ejemplo sirve como un recordatorio importante: la tecnología, por avanzada que sea, sólo es tan buena como el uso que hacemos de ella. Adoptar la IA con discernimiento seguramente permitirá a las empresas transformar estos desafíos presentes en historias de éxito futuro.