photo of milky way

Imagina poder observar de cerca el corazón de un monstruo cósmico, un agujero negro tan masivo que desafía nuestra comprensión del universo. Eso es precisamente lo que ha logrado el equipo del Event Horizon Telescope (EHT) con nuevas observaciones del agujero negro M87*, ubicado a 55 millones de años luz de nosotros. Estas imágenes no solo nos muestran cómo cambia su entorno, sino que revelan por primera vez emisiones a 230 GHz cerca de la base de su chorro, algo que podría reescribir los libros de astrofísica.

Lo más fascinante de estos hallazgos es cómo el campo magnético alrededor del agujero negro ha estado bailando en el cosmos. Entre 2017 y 2021, los investigadores observaron que la polarización de la luz cambió drásticamente: en 2017 los campos magnéticos se envolvían en una dirección, en 2018 se estabilizaron, y para 2021 ¡se invirtieron completamente! Esto sugiere que el plasma magnetizado cerca del horizonte de sucesos es increíblemente dinámico y turbulento, desafiando nuestros modelos teóricos actuales. Como explica Paul Tiede, astrónomo del Centro de Astrofísica de Harvard, aunque el tamaño del anillo se mantuvo constante (confirmando la teoría de Einstein), el patrón de polarización cambió significativamente, mostrando que este entorno está lejos de ser estático.

Estos descubrimientos fueron posibles gracias a telescopios como Kitt Peak en Arizona e Iram Noema en Francia, que mejoraron la sensibilidad y nitidez de las imágenes. El equipo utilizó técnicas de reconstrucción independientes y desarrolló nuevas herramientas de análisis para garantizar la solidez de los resultados. Los chorros de agujeros negros como M87* juegan un papel crucial en la evolución de las galaxias, regulando la formación estelar y distribuyendo energía a gran escala. Su emisión en todo el espectro electromagnético, incluidos rayos gamma y neutrinos, los convierte en laboratorios únicos para estudiar estos fenómenos cósmicos.

Estas observaciones no solo amplían nuestro conocimiento sobre cómo la materia y la energía se comportan cerca de los agujeros negros, sino que también nos recuerdan lo mucho que nos queda por aprender del universo. Cada nuevo descubrimiento nos acerca un paso más a entender nuestro lugar en el cosmos y cómo estas fuerzas titánicas moldean la evolución de todo lo que conocemos.

Por Editor