Cada vez se me hace más difícil tocar un tema o idea que me resulte interesante o novedosa para escribir sobre la política mexicana. Leer las noticias se ha convertido en un lugar común, lleno de escándalos, violencia y tragedias. Enterarse de quien es el plagio de tesis de la semana, que demuestra la falta de ética de gobernantes y políticos, de cuáles son los contratos por adjudicación directa que confirman que la corrupción sigue ahí. Cuantos muertos se suman a las estadísticas terribles que ratifican el fracaso de abrazar a los delincuentes. Cuantos desaparecidos más que llevan los horrores de la incertidumbre y desesperación a muchas familias. México es un país extraviado, con un gobierno podrido y sin remedio.
Por ello, encuentro más reconfortante compartir con ustedes algunas reflexiones sobre lo que los pasatiempos representan desde mi punto de vista, esperando que estas ideas les resulten agradables: para mí lo son.
En las grandes ciudades y quienes las habitan, el estrés, las responsabilidades y las constantes presiones económicas y sociales, se han convertido en una realidad que afecta a todos en mayor o menor medida. Es necesario encontrar un escape, una válvula que libere presión y que al mismo tiempo aporte beneficios significativos para la salud física y mental, para la creatividad, el desarrollo de capacidades y el bienestar general. Ahí entran perfectamente lo que conocemos como pasatiempo.
Los pasatiempos ofrecen varios beneficios pero sin lugar a dudas el más importante es la capacidad que tienen para distraernos y hacernos olvidar por algunos momentos los problemas, las cargas y fundamentalmente el estrés que afectan la salud produciendo ansiedad y muchas veces depresión. Practicar un pasatiempo, libera endorfinas que generan sensaciones de bienestar y felicidad. Hay algunos que nos hacen producir adrenalina y en su práctica se alivia la tensión acumulada durante toda una semana de trabajo para buscar mantener un equilibrio emocional.
Los pasatiempos no sólo benefician la salud mental, sino también repercuten con un impacto positivo en la salud física. Los deportes mejoran nuestro sistema cardiovascular, aumenta nuestra condición física y nos mantienen en forma. Nos ayudan a evitar los efectos del sedentarismo, que en una vida urbana son comunes para la mayoría de las personas.
También hay pasatiempos creativos, como escribir, que por cierto me encanta hacerlo aunque no sea bueno en ello, la música la artesanía y la cocina, de la que también soy aficionado y el aeromodelismo en donde tengo destreza que desarrolla reflejos y te permite conocer y relacionarte con personas que comparten tus mismas aficiones y gustos. Participar en clubes, grupos o comunidades para practicar un hobby específico, nos reúne, o como dice el dicho: “Dios los hace y ellos se juntan”.
A medida que profundizamos en nuestros pasatiempos adquirimos nuevas habilidades y conocimientos. Sin duda ofrecen oportunidades para el crecimiento personal y la adquisición de competencias útiles. Cuando te sientes aislado socialmente, como por ejemplo por la reciente pandemia de COVID 19, o por alguna otra cuestión qué hace que cambies tus actividades rutinarias, o incluso que cambies de ciudad o de país, los pasatiempos son una forma muy importante para integrarse a la sociedad y combatir la soledad y el aislamiento. Practicar y disfrutar actividades en grupo nos permite generar conexiones sociales y hoy en día es más fácil por medio del internet y las redes sociales.
Los pasatiempos son mucho más que simples distracciones, son parte fundamental de nuestra vida, son algo que nos hace sentir que lo que hacemos vale la pena, son esenciales para llevar una existencia equilibrada y saludable. Debemos darnos el tiempo para practicarlos, vivirlos y gozarlos a plenitud, porque es uno de los grandes placeres que podemos disfrutar.
Si hacemos un espacio para poder practicar algún pasatiempo, estaremos invirtiendo en nuestra propia salud y felicidad, lo que a su vez nos permite enfrentar mejor nuestros desafíos cotidianos.
Por Carlos Román.