Bien dice el famoso refrán que “la curiosidad mató al gato”. Dos de los seis gatos que viven en mi casa, los más queridos, decidieron abandonar la comodidad del hogar para buscar fortuna en otro lado. Hace días que no se sabe nada de ellos. Sin razón alguna dejaron los suaves sillones que solían rasgar con sus afiladas garras, a pesar de mis objeciones estériles ante esa práctica solapada por su dueña.
También se privaron de dormir en confortables camas, tener comida en abundancia a la hora que lo desearan, pero sobre todo del cariño que se les tiene y que se les expresa cotidianamente sin regateos. No fue un tema de amores gatunos porque Lenny y Pig, que así se llaman, hace mucho tiempo que son eunucos. Por cierto terrible decisión que se tomó para no fomentar la explosión reproductiva de estos felinos que son enamorados y precoces como pocos animales. Tienen instintos amorosos fuertes que solo a través de la castración se controlan. Recurren incluso a la tramoya para dar rienda suelta a sus pasiones, como algunas personas que conozco. ¿Quién no ha escuchado por la noche los alaridos de los gatos en la búsqueda de amor carnal? ¡Asustan!. Entonces cuál será la verdadera razón por la que estos pequeños felinos hayan decidido causar tristeza y contrariedad con su partida para quienes los queremos.
Hoy se extraña su ronroneo tranquilizante cuando están contigo y te entregan su cariño. Los gatos son mascotas curiosas, simpáticas y enigmáticas. Tal vez decidieron apartarse de la seguridad de su hogar, porque tienen dos compañeros de manada que son agresivos y prepotentes. Llevan mucho tiempo intentando consolidar su dominio amenazando a sus hermanos con gruñidos y araños. Espero que algún día regresen. Ahora del los seis solo quedan cuatro. Todavía son muchos.
La noticia de la desaparición de los gatos, para mí es importante porque me distrae de otras que se han vuelto rutinarias, farragosas, incluso preocupantes.
Ahí está la agenda: que MORENA ganó el Estado de México y perdió en Coahuila. Que un día sí y otro también el poder judicial sigue bajo ataque del presidente, con la comparsa de los legisladores analfabetas funcionales que lo acompañan. Que la violencia y los muertos que está dejando este gobierno, han superado en número a las administraciones anteriores. Que todos los males que padecemos y que cada día se enraízan en lo más profundo de nuestra realidad lastimada, son causa del pasado. Que la oposición no tiene brújula, ideas ni destino, sólo buscan intereses personales y de grupo, como siempre.
Pero sí debo decir que disfruté enormemente la columna que publicó Jesús Silva Herzog Márquez el pasado lunes 29 de mayo, en su espacio semanal del diario Reforma, titulada: “La oposición y el cuento”. En verdad admiro y respeto a este intelectual mexicano. Leerlo produce en mí una gran satisfacción porque me identifico plenamente con casi todo lo que escribe. Particularmente en esta columna que comento, desnuda sin contemplación ni misericordia la famélica cuadrilla de los políticos del PAN que pudieran ser representantes de una coalición para competirle a morena y sus satélites en la elección de estado que seguramente se vivirá el próximo año. La analogía que hace Jesús con el comportamiento de la oposición ante el gobierno, que los compara con mascotas, sugiere que ni siquiera tengan la posibilidad de que como mis gatos Lenny y Pig, puedan buscar otros caminos, otros horizontes y otros personajes que se aparten del control que el Presidente ha diseñado como un proyecto para contenerlos, sin que se den cuenta, sin que tengan la inteligencia y el talento para cambiarlo, sin que el tiempo les alcance.
Vemos una carencia total de cuadros capaces y atractivos para un gran electorado que puede ser factor real de alternancia. Son los mismos de siempre, con sus mismas mañas y deformaciones. Como bien lo dice Jesús: “La candidatura de Lilly Telles de debe tomarse en serio, es decir con alarma” porque además de las limitaciones que señala y que son ciertas, lo poco que abonaría de ella es que no estaba ligada a la corrupción institucional, como todos los demás, imagen que abandonó al vincular su precampaña a uno de los sectores del panismo más controvertidos y corruptos que se hayan visto. Por eso y por haber traicionado a quien la postuló a un cargo público, no será candidata, al menos de la coalición.
Por Carlos Román.