Cualquiera que haya cumplido 93 años puede presumir una larga vida. Pero ser nonagenario evidencia los síntomas que anuncian el cercano fin de todo ciclo. El PRI ha cumplido esa edad, con sus cuatro versiones adaptadas a una realidad político social determinada, lo que difícilmente se podrá repetir en México y creo que también en el mundo.
El PRI fue creado por el Estado emanado de la Revolución Mexicana y sus principales caudillos. Plutarco Elías Calles lo funda bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario; fue el instrumento que permitió transitar de la lucha armada a una vida de instituciones, terminar con la siempre presente intención de la reelección, que con gran visión desterró y dio cauce a la construcción de instituciones políticas que moldearon al País en el siglo XX.
Con el corporativismo político que puso en marcha Lázaro Cárdenas, quien también erradica el Maximato, se lleva a cabo su segunda transformación; lo llama Partido de la Revolución Mexicana, incorpora a los sectores obrero, campesino y popular y su característica más importante es que siempre sirvió al Presidente de la República en turno. Fue su brazo político y herramienta fundamental para lograr la transmisión del poder mediante el sistema del tapado, que perfeccionó una cuasi dictadura por varias décadas. Hizo posible la nacionalización del petróleo y la puesta en práctica de la reforma agraria que mantuvo a los campesinos de México, siempre dependientes de las dadivas del gobierno, creando un régimen clientelar con amplia presencia electoral.
Miguel Alemán genera su tercera transformación y lo designa como actualmente se le conoce: Partido Revolucionario Institucional. El PRI entendió la realidad de cada momento y época del País. Respetuoso de la compleja y diversa realidad de una Nación donde los estados de la federación poco o nada tienen que ver entre sí, cumplió con la importante tarea de ser un eficaz interlocutor entre los muchos Méxicos que componían la República.
Por años el PRI enarboló una ideología nacionalista, con un discurso que anteponía la supremacía de la soberanía nacional y un compromiso con la justicia social.
Ya con más de 60 años a cuestas, ese mismo PRI se alejó de su discurso y de su trabajo político de cercanía con el pueblo, se alejó de sus principios y se volvió pragmático, para acomodarse con Carlos Salinas al discurso modernizador de esos tiempos. La Revolución Mexicana se empezó a ver como algo viejo que debía modernizarse. Así surgió el llamado nuevo PRI, neoliberal y corrupto y todos vimos como ese partido permitía y de hecho impulsaba todo tipo de excesos, que lo han puesto hoy en día al borde de la extinción, habiendo ganado la fama de ser un partido de rateros. Por esas prácticas que bien describen su actuar y su condición, obtuvo con creces el repudio colectivo que lo tiene marcado y derrotado y será su mortaja que lo identificará para siempre en la historia como el partido más corrupto de México. Nunca se compuso, a pesar de tener como pocos no una, sino muchas oportunidades para renacer de sus cenizas.
Ningún partido ha tenido una presencia territorial tan extendida y completa en México como el PRI. Eso han buscado hacer otros partidos sin lograrlo hasta el momento. Veamos quien aprovecha mejor la inminente desaparición del famoso Partidazo.
Por Carlos Román.