Columna Invitada Hugo González
Siempre he pensado que los mercados de valores reaccionan de manera exagerada, aunque a veces tienen algo de razón. Y en el caso de la venta de Banamex me queda claro que los inversionistas no están muy seguros de que sea buena idea que Germán Larrea sea el próximo dueño.
El viernes, casi a escondidas y con la prisa de quien quiere impedir una boda a última hora, Grupo México lanzó una oferta cercana a 9 mil 400 millones de dólares para quedarse con todo Banamex. Lo curioso es que apenas días antes Fernando Chico Pardo había hecho una jugada más sensata al comprar el 25 por ciento.
Su irrupción tardía, como si fuera invitado no deseado a la boda, provocó una caída de hasta 18.8 por ciento en las acciones de Grupo México. Ni el mercado ni los inversionistas creen que esta historia de amor tenga final feliz.
Por eso ayer intentó poner calma con un comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores. Dijo que Citi tiene diez días para responder, que las autoridades regulatorias serán consultadas, que todo es limpio y transparente. Pero, en paralelo, Larrea dejó claro que no piensa aumentar su oferta, como si tratara de marcar territorio.
Tenemos finanzas sólidas, no necesitamos endeudarnos, y aun así seguiremos con nuestras divisiones minera, transportes e infraestructura, aclaró la empresa. Así el despechado jura que puede invitar a cenar a la novia, comprarle una casa nueva y todavía pagar el viaje de luna de miel. Pero los inversionistas no creyeron el discurso y el valor de las acciones no rebotó. El desplome accionario fue la versión bursátil del “no me llames, yo te busco”.
Grupo México planea conservar 60 por ciento del valor total de la inversión e invitaría a las Afores y a inversionistas privados a entrar con el 40 por ciento restante. Esto suena más a socialización del riesgo que a una estrategia financiera robusta.
Por eso no entiendo. Si Banamex era la pareja ideal, ¿por qué esperar hasta ahora? ¿Por qué Larrea no declaró ese amor desde meses atrás? ¿Será que en los negocios, como en el amor, las segundas opciones nunca son bien vistas? El timing lo es todo, y Larrea llegó con flores marchitas.
Capacidad técnica y financiera
El que muestra capacidad técnica y financiera para ejecutar proyectos ferroviarios de alta complejidad, es el consorcio encabezado por GAMI Ingeniería e Instalaciones, unidad de ingeniería y construcción de Grupo INDI, al mando de Manuel Muñoz Cano. Ellos tendrán la tarea de diseñar y construir un tramo de 136,48 kilómetros del tren de pasajeros Saltillo–Nuevo Laredo, luego de que el 6 de octubre la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) le adjudicó el contrato.
La propuesta de este consorcio fue la más solvente técnica y económicamente, por lo que la adjudicación comprende los segmentos 18, 19 y 20 de la ruta, que conectarán la localidad de Arroyo El Sauz con la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas.