La gigante tecnológica Microsoft ha optado por un cambio estratégico que le ha permitido evitar una cuantiosa multa de la Unión Europea. Este movimiento llega después de que la compañía desmembrara su popular plataforma de videoconferencias, Teams, de su paquete de productividad Office en la Unión Europea. Este paso se dio para cerrar una investigación de largo aliento por parte de los reguladores de competencia del bloque europeo, la cual se originó tras una queja presentada en 2020 por Slack, ahora parte de Salesforce.
El corazón de la disputa radicaba en la acusación de Slack, donde señalaba que Microsoft estaba abusando de su posición de mercado al combinar Teams con Office, una suite de aplicaciones ampliamente utilizada en el ámbito laboral. Este supuesto ‘empaquetamiento’ habría impedido a otros competidores tener una oportunidad justa en el mercado. Si bien Microsoft había desagregado Teams de Office 365 en Europa, algunos críticos consideraron estas acciones insuficientes. Sin embargo, en mayo, Microsoft se comprometió a medidas adicionales, como mantener la separación de Teams y Office por al menos siete años.
El compromiso del gigante de software no termina allí. Después de realizar pruebas de mercado, Microsoft ha ofrecido nuevas promesas, incluyendo la publicación de más información sobre la interoperabilidad de sus productos. Es decir, cómo sus aplicaciones pueden trabajar conjuntamente con herramientas de otros fabricantes. Estas nuevas iniciativas han sido vistas con buenos ojos por el regulador de la UE, quien considera que favorecen la restauración de una competencia justa y abren el mercado a otros proveedores, lo cual beneficia a los consumidores y promueve la innovación.
En retrospectiva, este episodio deja una lección significativa sobre el equilibrio del poder en el mundo de la tecnología. Nos recuerda que las empresas, sin importar cuán grandes sean, deben estar dispuestas a adaptarse a las regulaciones y comprometerse a prácticas comerciales más abiertas y competitivas. Al final del día, dicha flexibilidad no solo ayuda a evitar sanciones, sino que también promueve un ecosistema más saludable y dinámico para todos.