Los smartphones están cada vez más presentes en nuestra vida diaria y con cada nueva generación, encontramos dispositivos más resistentes y complejos. Google está a la vanguardia en la creación de tecnologías duraderas y para garantizar la calidad de sus productos, ha establecido sus propios Laboratorios de Fiabilidad, ubicados en Mountain View, California.

En estos laboratorios, Google somete a los Pixel y a sus dispositivos asociados a rigurosas pruebas. Un ejemplo fascinante es el reciente Pixel 10 Pro Fold, que debe soportar hasta 200,000 pliegues. La bisagra de este dispositivo es sometida a máquinas que la pliegan y despliegan continuamente, asegurando así que las futuras generaciones puedan gozar de robustez y durabilidad, superando a sus competidores en ciertas áreas clave de resistencia al polvo y al agua.

Pero no todo es plegar y desplegar. En otro rincón del laboratorio, los Pixel velan por su resistencia a los elementos cotidianos. Desde la simulación de caídas a las pruebas de abrasión que demuestran lo que podrían soportar en el contexto cotidiano: una mochila o el roce continuo contra ciertas superficies. Además, las pruebas de temperatura extrema ayudan a evaluar cómo los dispositivos de Google enfrentan las condiciones más adversas que madre naturaleza puede presentar.

La obsesión de Google por la durabilidad no solo implica pruebas mecánicas. La atención al feedback del usuario es clave. A pesar de las pruebas, algunos modelos como el Pixel 4a enfrentan desafíos de batería que Google ha prometido mitigar. Demuestran la importancia de adaptarse y mejorar a partir de comentarios reales. Al incorporar estos y otros datos, Google sigue firme en su misión de perfeccionar la vida útil de sus dispositivos, manteniéndose a la vanguardia en un panorama tecnológico competitivo.

Por Editor