La era tecnológica que vivimos hoy podría enfrentar un importante desafío en los próximos años: la escasez de memoria RAM. Este componente esencial para dispositivos electrónicos promete convertirse en un verdadero dolor de cabeza más allá de 2026, afectando tanto a los precios como a la disponibilidad de móviles y otros aparatos electrónicos. ¿Por qué se avecina esta tormenta y qué implicaciones tendrá para nosotros?
La compañía Micron, uno de los gigantes en la producción de RAM a nivel mundial, ha lanzado una advertencia contundente. La alta demanda de componentes para servidores de inteligencia artificial está acaparando el mercado, desplazando a otros dispositivos más comunes como los móviles. Esta situación se debe, en gran parte, a la necesidad creciente de establecer centros de datos que puedan manejar el inmenso poder de cómputo requerido por las nuevas tecnologías de inteligencia artificial. Y aunque Micron planea aumentar su producción en un 20 % para 2026, ha señalado que este incremento sería insuficiente para calmar la sed del mercado.
Además, marcas de renombre como Samsung ya están tomando precauciones para mitigar los efectos de esta crisis. Se rumorea que TM Roh, cabeza del sector móvil de Samsung, está en camino de negociar acuerdos estratégicos para asegurar el suministro de memoria RAM para sus futuros lanzamientos. Esto refleja la importancia de la RAM, un componente que usualmente llamamos ‘básico’ pero que, sin él, nuestros dispositivos modernos simplemente no funcionarían.
A medida que la escasez de RAM se afianza, es probable que los precios de los dispositivos electrónicos se disparen. Según Counterpoint Research, el costo de la DRAM podría subir hasta un 40 % solo en el segundo trimestre de 2026, lo que empujaría a los fabricantes a recortar las especificaciones de los dispositivos. Esto resulta particularmente dañino para el segmento de móviles económicos, donde transformar la experiencia del usuario a versiones con menor capacidad de memoria podría ser inevitable.
Mirando hacia el futuro, queda claro que esta situación nos obligará a considerar el verdadero costo de la innovación. La búsqueda por alimentar y expandir la inteligencia artificial no solo está renovando enfoques en la industria de la memoria, sino que también nos impulsa a reflexionar sobre la sostenibilidad del modelo tecnológico actual. Tal vez sea tiempo de que empecemos a valorar más los avances colaborativos y sustentables, aquellos que permitan una evolución equilibrada, donde tanto la tecnología avanzada como los dispositivos de uso diario encuentren su espacio en un mercado accesible y justo.

