En un mundo donde la tecnología grita a través de pantallas y anuncios, Lavanya Wadgaonkar, Vicepresidenta Global de Comunicación de Nissan, prefiere escuchar. Su filosofía se resume en un pequeño detalle del Datsun Go: un espacio diseñado específicamente para que las mujeres coloquen su bolso. ‘Este es mi problema cotidiano’, confiesa con una sonrisa durante una entrevista con WIRED. Para esta ejecutiva con más de 28 años de experiencia en comunicación estratégica, la verdadera innovación no necesita alardes tecnológicos ni promesas vacías. Basta con observar cómo se siente la gente al entrar a un automóvil y resolver esos pequeños inconvenientes que damos por sentado. En una industria obsesionada con caballos de fuerza y aceleración, Wadgaonkar lidera la comunicación de una empresa centenaria que está reinventándose desde sus cimientos, demostrando que a veces las soluciones más poderosas son las que pasan desapercibidas.

Desde su oficina en México, Wadgaonkar enfrenta desafíos que van desde explicar baterías de estado sólido que aún no existen en el mercado masivo hasta comunicar por qué vender la icónica sede de Yokohama no es una bandera blanca, sino una jugada estratégica. ‘Estamos viviendo en un mundo de incertidumbre. No hay nada seguro ahora’, afirma al referirse a los cortes de producción por escasez de chips que afectan modelos clave como la X-Trail. Sin embargo, su enfoque no es el de la resignación, sino el de la adaptación constante. Para ella, la comunicación tiene capas: se trata de hablar sobre el presente en contexto del pasado y el futuro en contexto del presente. Así, tecnologías como las ASSB (baterías de estado sólido) no se presentan como soluciones mágicas, sino como evoluciones naturales dentro de una estrategia integral que incluye también mejoras en baterías de iones de litio y LFP.

En la era de las redes sociales, donde un simple tuit puede hundir el precio de una acción en minutos, Wadgaonkar tiene una máxima clara: ‘No existe el silencio estratégico. Todo se trata de escuchar y reaccionar, no reaccionar y luego escuchar’. Como embajadora global de DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en Nissan, aplica este mismo principio a la innovación inclusiva. En lugar de políticas separadas, integra la diversidad en cada aspecto del negocio, desde el diseño de vehículos hasta la comunicación corporativa. El ejemplo del espacio para bolsos en el Datsun Go no es una casualidad, sino el resultado de considerar perspectivas diversas en el proceso creativo. ‘La innovación inclusiva surge cuando escuchas a todos tus clientes, no solo a la mayoría’, explica.

Al final, la transformación de Nissan de fabricante de automóviles a empresa de tecnología y movilidad no se trata de cambiar un chip en la mente del consumidor, sino de responder a una demanda real. ‘Hoy los clientes buscan mucho más que un dispositivo de transporte del punto A al punto B’, señala Wadgaonkar. Ya sea a través del marketing experiencial con pantuflas ProPilot o explicando la venta de la sede de Yokohama a los empleados antes que a los medios, su estrategia se basa en la transparencia y la conexión emocional. En un mercado saturado de promesas, la credibilidad construida durante 90 años se convierte en el activo más valioso. Y mientras el mundo navega entre semiconductores escasos y noticias falsas, la lección de Wadgaonkar resuena con claridad: en la comunicación, como en la innovación, a veces los detalles más pequeños cuentan las historias más grandes.

Por Editor