En una revelación que ha sacudido los cimientos del mercado laboral global, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha confirmado lo que muchos sospechábamos: la inteligencia artificial está transformando radicalmente el empleo mundial. Durante una reciente declaración, Powell admitió que ‘la creación de empleo está muy cerca de cero’, señalando a la IA como el principal responsable de esta transformación sin precedentes. Lo que antes era un tema de conversación discreto en salas de juntas se ha convertido en la nueva realidad empresarial, donde las compañías pueden ‘hacer más con menos gente’, según las propias palabras del máximo responsable de la política monetaria estadounidense.

El caso de Amazon ilustra perfectamente esta tendencia. La gigante tecnológica ha iniciado los mayores recortes de empleo de su historia, despidiendo a aproximadamente 30,000 empleados corporativos, lo que representa cerca del 10% de su plantilla de oficinas. Pero Amazon no es la excepción, sino la regla. Según Powell, un número significativo de empresas ha anunciado despidos o ha congelado contrataciones, citando explícitamente a la IA como motivo. Los grandes empleadores están enviando una señal clara: no necesitarán expandir sus plantillas durante años, creando lo que algunos analistas ya denominan la ‘Gran Congelación’ laboral. Los datos de Challenger, Gray & Christmas respaldan esta tendencia, mostrando que los despidos de este año (946,000) son los más altos desde 2020, con más de 17,000 vinculados directamente a la IA y otros 20,000 a la automatización.

Esta situación presenta un rompecabezas complejo para los bancos centrales. Por un lado, la IA impulsa la productividad y mantiene el crecimiento económico a un ‘ritmo moderado’, pero por otro fractura el mercado laboral al permitir que las empresas operen con menos personal. Powell describió una economía en forma de K, donde los hogares de altos ingresos y las corporaciones se benefician de las ganancias de productividad de la IA, mientras la otra rama se desploma. Los consumidores en el extremo inferior están teniendo dificultades, comprando menos y cambiando a productos de menor costo, creando una desigualdad estructural que complica la política monetaria. La Generación Z está respondiendo a este desafío optando por posgrados como un ‘tiempo fuera’ estratégico, mientras el desempleo de recién graduados supera el 5%.

El futuro que Powell describe es uno de tensiones y decisiones difíciles. ‘No existe un camino libre de riesgos para la política’, concluyó el presidente de la Fed, reconociendo que navegan la tensión entre los objetivos de empleo e inflación con el mayor cuidado posible. Mientras las empresas continúan invirtiendo miles de millones en IA y automatización, la sociedad enfrenta el desafío de adaptarse a un nuevo paradigma laboral donde la tecnología no solo complementa, sino que en muchos casos reemplaza el trabajo humano. La advertencia de Powell nos invita a reflexionar sobre cómo prepararnos para este cambio inevitable y qué medidas debemos tomar como sociedad para asegurar que los beneficios de la IA se distribuyan de manera más equitativa.

Por Editor