man sitting by telescope over a lake using laptop in the evening

Las redes sociales nos muestran una versión idealizada del nómada digital: personas trabajando desde playas paradisíacas, cafeterías con vistas increíbles y destinos exóticos. Sin embargo, la realidad suele ser muy diferente. Recientemente vi el caso de una mujer mexicana que estaba visitando a su hermana en Canadá mientras intentaba mantener su negocio online funcionando. Confesaba que le resultaba casi imposible concentrarse en el trabajo con tantos estímulos nuevos alrededor. Y es que, ¿quién puede resistirse a explorar una ciudad desconocida cuando hay tantas novedades por descubrir?

El problema de la procrastinación se intensifica cuando estás en un lugar nuevo. Cada calle es una invitación a caminar, cada restaurante local una oportunidad gastronómica y cada persona que conoces podría convertirse en una amistad valiosa. Recuerdo mi experiencia en Foz do Iguaçu, Brasil, en la triple frontera con Argentina y Paraguay. El hostal donde me quedé se llenó de viajeros de todo el mundo que formamos una comunidad instantánea. Cuando un martes decidieron hacer rafting en un río cercano con precios increíbles y paisajes espectaculares, tuve que decir que no. Era día laboral y mientras ellos vivían esa aventura, yo pasaba ocho horas frente a mi computadora trabajando.

Otro momento difícil fue durante mi estancia en México, cuando un amigo vino a visitarme y decidimos explorar Quintana Roo. Estábamos a pocos kilómetros de las famosas pirámides de Chichén Itzá, pero ese día me tocaba trabajar. Mientras él conocía una de las maravillas del mundo, yo estaba en el hostal cumpliendo con mis responsabilidades. Esas experiencias me enseñaron que ser nómada digital requiere una disciplina férrea y la capacidad de decir ‘no’ incluso cuando tienes oportunidades únicas a tu alcance. La vida nómada, al final, no es muy diferente de la vida convencional: siempre habrá cosas que nos encantaría hacer pero que debemos sacrificar por nuestras responsabilidades.

Por Editor