En un giro inesperado para la compañía de Elon Musk, los gobiernos estatales de Estados Unidos están optando por invertir en redes de fibra óptica en lugar de destinar fondos masivos al servicio satelital Starlink. A pesar de que la administración Trump reescribió las reglas del programa BEAD de 42 mil millones de dólares para favorecer un enfoque “tecnológicamente neutral”, los primeros resultados muestran una clara preferencia por la infraestructura terrestre. Este movimiento representa un desafío significativo para las ambiciones de SpaceX de capturar una porción sustancial de los subsidios federales para conectividad rural.

Los estados de Virginia, Louisiana y West Virginia han revelado planes que priorizan abrumadoramente la fibra óptica sobre el servicio satelital. En el caso de West Virginia, el análisis más reciente muestra que el 99% de los 624.7 millones de dólares se destinarían a proyectos de fibra, dejando solo 6.4 millones para Starlink. Bajo este esquema, la fibra llegaría al 94% de las 73,701 ubicaciones elegibles para subsidios, mientras que Starlink serviría al 6% restante de hogares y negocios. Esta distribución contrasta marcadamente con las estimaciones iniciales del Wall Street Journal, que proyectaban que SpaceX podría recibir entre 10 y 20 mil millones bajo las nuevas reglas.

SpaceX ha respondido con fuertes objeciones, alegando que Virginia y Louisiana violaron las directrices de la administración Trump al asignar la mayor parte del dinero a proveedores de fibra. La compañía ha indicado que solicitará al gobierno federal que rechace las propuestas de subsidio de estos estados, y es probable que presente objeciones similares en otros territorios a medida que revelen sus planes. El conflicto se centra en la interpretación del mandato de “enfoque tecnológicamente neutral” y la instrucción de proporcionar acceso a internet “al menor costo”, donde las autoridades estatales argumentan que la fibra ofrece ventajas claras en velocidad y capacidad sobre el satélite.

Este enfrentamiento entre la infraestructura tradicional y las soluciones satelitales de nueva generación refleja un debate más amplio sobre el futuro de la conectividad rural. Mientras SpaceX promete cobertura global inmediata, los gobiernos estatales apuestan por la estabilidad y capacidad de la fibra óptica a largo plazo. La resolución de este conflicto podría establecer precedentes importantes para cómo se distribuirán los miles de millones restantes del programa BEAD, definiendo el panorama de la conectividad en zonas rurales de Estados Unidos para las próximas décadas.

Por Editor