Cuando un asistente de IA comete un error, nuestra primera reacción suele ser preguntarle directamente: ‘¿Qué pasó?’ o ‘¿Por qué hiciste eso?’. Es un impulso natural, similar a cómo actuaríamos con una persona. Sin embargo, este enfoque rara vez funciona con los modelos de IA, y hacerlo revela un malentendido fundamental sobre qué son estos sistemas y cómo operan. Un incidente reciente con el asistente de codificación IA de Replit ejemplifica perfectamente este problema.

Tras eliminar una base de datos de producción, el usuario Jason Lemkin le preguntó al asistente sobre las capacidades de reversión. La IA afirmó con seguridad que la reversión era ‘imposible en este caso’ y que había ‘destruido todas las versiones de la base de datos’. Esto resultó ser completamente incorrecto, ya que la función de reversión funcionó sin problemas cuando Lemkin la probó por su cuenta.

Además, después de que xAI revocara una suspensión temporal del chatbot Grok, los usuarios le pidieron explicaciones directamente. Grok ofreció múltiples razones contradictorias para su ausencia, algunas lo suficientemente controvertidas como para que los reporteros de NBC escribieran sobre Grok como si fuera una persona con un punto de vista consistente, titulando un artículo: ‘El Grok de xAI ofrece explicaciones políticas sobre por qué fue desconectado’.

Pero, ¿por qué un sistema de IA proporcionaría información tan segura pero incorrecta sobre sus propias capacidades o errores? La respuesta radica en comprender qué son realmente los modelos de IA y qué no son. El primer problema es conceptual: no estás hablando con una personalidad, persona o entidad consistente cuando interactúas con ChatGPT, Claude, Grok o Replit.

Estos nombres sugieren agentes individuales con autoconocimiento, pero eso es una ilusión creada por la interfaz conversacional. Lo que realmente estás haciendo es guiar a un generador de texto estadístico para que produzca salidas basadas en tus indicaciones.

En conclusión, mientras que puede ser tentador tratar a los chatbots como si tuvieran conciencia o comprensión de sus acciones, es crucial recordar que son herramientas diseñadas para simular conversaciones, no para entender o explicar sus procesos internos. Este entendimiento puede ayudarnos a interactuar con ellos de manera más efectiva y a establecer expectativas realistas sobre lo que pueden y no pueden hacer.

Por Editor