La decepción es un sentimiento de desengaño, de contrariedad, opuesto a las ilusiones y a las buenas expectativas que tenemos de algo o de alguien. De esa forma en la vida enfrentamos múltiples decepciones, algunas que pasan y se superan, otras que permanecen y se graban en nuestra memoria. Aquí les comparto algunas que he tenido en los últimos años.
1.-. La oposición. Particularmente la Alianza Opositora integrada por el PAN, PRI y PRD. Como pesadilla reiterada vemos a una oposición sin propuesta, sin liderazgos, incapaz de ofrecer una alternativa que evite el fin de la democracia mexicana. Los intereses y apetitos personales, las fracturas, las traiciones, el sálvate a cualquier costo, es la cara de esta oposición apocada, opacada y ausente que no podrá ni siquiera ponerse de acuerdo de con quién y cómo dar una batalla decente en las próximas elecciones.
2.- Los partidos políticos. Las instituciones políticas por excelencia de la democracia son los partidos políticos. Hoy la mercadotecnia y de plano las idioteces desplazaron a la ideología, a las propuestas, a los liderazgos que servían para dar cauce a la voluntad popular. Pragmatismo que transformó a la política en temporada de baratas y saldos de una tienda departamental. Tik Tok, Facebook, Instagram, son los medios para promover las frivolidades que nunca imaginé ver de las instituciones que tenían como uno de sus fines fundamentales educar políticamente a la población, además de conquistar el poder por medio del voto, en una sociedad con reglas y árbitros imparciales.
3.- El combate a la corrupción. Nos prometieron erradicar la corrupción en 2018. Pero el principal cáncer de la vida nacional no solo no se fue, sino que hizo metástasis y sigue siendo como siempre: total. Este gobierno, ni resolvió la corrupción, ni ha podido siquiera bajar los índices de ésta, pero eso sí, en su defensa argumenta que la corrupción actual no es de este régimen, sino que se debe a que los “priistas mañosos”, se han incrustado y con engaños, sorprendido la muy buena fe de los prohombres del “movimiento” y han sido ellos y solo ellos, los causantes de los grandes escándalos actuales. ¿Será que se nos olvida que los principales fundadores de la 4T fueron priistas? La última y no menor decepción en este tema ha sido la forma de dejar inoperante al INAI. ¡Vaya que son cínicos!
4.- La Justicia.- Gran afrenta y decepción ha sido ver como muchos jueces, fiscales y litigantes, hacen de la procuración e impartición de justicia una mercancía, un negocio y un botín. Hay quien piensa que un gran abogado es aquel que gana todo, aunque solo gana cuando compra sus sentencias. Muchos se jactan de ello, otros más discretos guardan sigilo, el efecto es el mismo. Retrasar procedimientos, salir por la tangente, evitar impartir justicia y lo que debería ser expedito, se vuelve eterno. No tienen madre. Estos corruptos son los principales promotores de la impunidad. Buscar al padrino encumbrado, al que tiene el contacto con el operador, al que puso al juez, la justicia es una de las peores decepciones que enfrentamos como sociedad. Es la causa principal del atraso que nos caracteriza como Nación. Hacer uso faccioso de la procuración e impartición de justicia, castigar al inocente y liberar al culpable es sin duda uno de nuestros mayores lastres, uno de los grandes males que seguimos padeciendo.
Muchos han dedicado su vida a buscar en la justicia la igualdad, la equidad, la seguridad, pero justicia es una palabra inmensa que atraviesa todo el pensamiento humano y como deuda atávica no hemos podido encontrar un método para hacerla realidad.
Las anteriores, son algunas decepciones que siguen vigentes cotidianamente en un País convulsionado por la inseguridad, lacerado por la corrupción y caracterizado por la desigualdad. Hay otras decepciones, algunas amorosas, otras basadas en la confianza que entregas a un amigo, socio o familiar, de las que afortunadamente no guardo ninguna que no haya superado.
Por Carlos Román.