¿Tienes un hijo que se pasa el día metido en su habitación y no sale nada más que para ir al baño o al colegio? ¿Te cuesta lograr que se siente a la mesa en familia y cuando te descuidas se lleva la comida a su cuarto? ¿Solo habla con sus amigos a través de la videoconsola o el ordenador? Si es así, puede que sea un niño Hikikomori, también conocido como ‘niño caracol’.
Se trata de niños y adolescentes que cuentan con todo tipo de avances tecnológicos en su habitación y se aíslan allí, por lo que su socialización pasa a ser completamente digital debido a raíz de la pandemia por COVID.
El término japonés Hikikomori significa literalmente “aislamiento social agudo” y se usa para referirse a personas que han elegido abandonar la vida social.
La protección que sienten detrás de sus pantallas, en un mundo virtual que controlan muy bien, les hace poco a poco incrementar el pánico a la interacción real, por inseguridad, falta de autoestima. En Japón, se da entre familias con hijos únicos sobreprotegidos,que viven en ciudades grandes y que siempre han evitado el contacto social y en chicos que desde pequeños han sido incentivados con “gadgets” electrónicos (tablets, móviles, ordenador, etc) como únicos juegos.
Como ocurre con otros síndromes o actitudes equivocadas entre los menores, existen algunas señales que pueden indicar a los padres que algo no marcha bien algunas son:
- Todos aquellos cambios de actitud en los que el niño deja de hacer sus actividades reales, como quedar con sus amigos o ir a jugar, por quedarse en la habitación conectado.
- Cuando se le propone hacer algún plan divertido, como ir de excursión, y él no quiere venir porque está acabando una partida o viendo una serie y no es capaz de poner “pause” y apagar sus aparatos para hacer alguna actividad real.
- Cambios de humor: un niño risueño que ahora está malhumorado, que comía bien y ahora solo quiere patatas y aperitivos o chuches, que deja de jugar, hablar, dormir, etc.
Alondra Morales Santiago, Life Coach laboral y de vida, CEO de CI Evoluciona nos da pautas para no llegar a estas situaciones límites:
- Evitar todo lo posible los “gadgets” electrónicos para distraerlos y que no molesten, como por ejemplo en los restaurantes, “algo que se ve mucho más de lo que sería deseable”.
- No ver TV mientras comen en familia , ocupar el tiempo en conversar de las inquietudes del adolescente o niño.
- Insistir en salir al parque fiesta o viaje , ya que esto ayuda a distraer de que esté aislado.
- Incluirlos en las labores familiares como cocinar , repartir las tareas del hogar.
- Aparatos en su cuarto. Evitarlos ayuda a que no esté solo encerrado.
- Poner horarios y límites .
- Y por último es platicar acerca de la emoción que sienten al estar encerrado jugando todo el día, es importante que distingan lo que sienten al estar solos en un mundo virtual.
Aunque los niños caracol son un caso extremo en nuestra sociedad, no por ello deja de ser preocupante.